Un día, en un futuro lejano, tendré mi oportunidad, podré volver con la gente normal, casarme con el dueño de una gran empresa y escuchar los comentarios maliciosos de mis amigas que nunca se han arriesgado y por eso lo único que ven es la derrota de los demás. No; no puedo volver así, prefiero tirarme del avión cuando esté cruzando el océano.
Como las ventanas del avión no se abren (por cierto, nunca lo habría imaginado: ¡que pena no poder sentir el aire puro!) me muero aquí mismo. Pero antes de morir, quiero luchar por la vida. Si consigo andar sola, llegaré hasta donde quiera.
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