domingo, 23 de enero de 2011

disapear


Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te pido.
Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme que yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionando mis esperanzas:
¡Escúchame!

Todo lo que pido es que me escuches, no que me hables ni que te tomes molestias por mí.



1 comentario: